pintadas en Alemania y en turquia

Las pintadas dicen mucho. A la derecha, pintada fotografiada en Alemania. A la izquierda, pintada fotografiada en Turquía. // J.M

Sucedió que cuando empecé a viajar a Turquía, en conversaciones esporádicas, salía en muchas ocasiones ciudadanos turcos que tenían familiares -turcos- en Alemania, al parecer por un gran desplazamiento que se dio de turcos a Alemania, cuando Alemania necesitaba mano de obra en tiempos lejanos.

De hecho, en una ocasión, un amigo turco trajo a su primo, cuyos padres creo que vivían en Alemania, y había conseguido adquirir la nacionalidad alemana, para evitar hacer el correspondiente servicio militar obligatorio, que trae más de un quebradero de cabeza a más de un hombre turco.

Desde pequeña he viajado a Alemania, incluso viví en Alemania, y hasta no estar en Turquía, y no presentarse esta “huella” social en conversaciones, no me había percatado de la presencia de ciudadanía turca en Alemania. Después, siendo consciente de dicha “huella” social, que afecta tanto a Alemania como a Turquía, cuando regresé a pasar una temporada a Alemania, en este caso, Hamburgo, me di cuenta de la influencia turca en el país: barrios enteros de turcos, con sus establecimientos de kebaps, incluso venta de la típica cerveza turca Efes.

Incluso en Berlín, cuando en una ocasión me había quedado en casa de una amiga francesa, no me di cuenta de que estábamos en el barrio turco. Leo ahora que a ese pequeño trozo turco, que se sitúa en Kreuzberg, se le denomina “El pequeño Estambul”.

Una vez en Hamburgo, más presente Turquía en mi mente, me di cuenta también de que no solo había turcos en Alemania, si no que también había muchos kurdos. Y desde entonces, me empecé a preguntar, cómo vivirían allí los turcos y los kurdos, sobre todo, tratándose de un sistema social tan diferente al de Turquía: más rígido, quizás mayor calidad de vida, pero mucho más rígido, sin tanta música de por medio -imagínese, con todo el respeto, un alemán bailando- y horarios tan estrictos de la sociedad alemana, y esa formalidad que tanto envuelve, ya sea para bien y/o para mal. Cada país presenta sus cosas buenas y malas, de eso no hay duda.

cartel en alemania en favor de un chico turco

Cartel colgado en Hamburgo en favor de un pobre chico turco que murió durante una manifestación en Estambul. /Hamburgo. J.M

Datos sobre el desplazamiento de turcos a Alemania

Se estima que en Alemania hay un total de dos millones y medio de turcos que viven allí. Según leo, el número de turcos supera en Alemania al total de extranjeros procedentes de la Unión Europea. Fue a partir de 1959 cuando las empresas alemanas afrontaron una falta grave de mano de obra. Entre 1972 y 2005 medio millón de turcos, más o menos, alcanzaron la nacionalidad turca, por lo que estamos hablando de un millón y medio de personas que aún no la tienen. Por lo que sin duda constituye su propia paradoja: la minoría más mayoritaria en Alemania.

Y preguntándome sobre cómo vivirían allí los turcos y los kurdos, cómo habría sido la integración, teniendo en cuenta los problemas de integración que ha habido en el País Vasco -respecto de poblaciones que residían en el exterior y que vinieron a Euskadi por cuestiones de trabajo- me imaginaba allí cuál sería la historia de los turcos y kurdos en Alemania.

Y en ese contexto de preguntas a mí misma, me encontré con una noticia que dos años después aún guardo y que hoy rescato porque afecta a los derechos de la ciudadanía turca, en especial, a las mujeres turcas analfabetas. A veces, cuando esperaba el metro, compraba la prensa.

Me gusta leer la prensa en otros países porque siempre es diferente. Por ejemplo: en Alemania los periódicos tienen formato enorme, y se te dobla la página por la mitad cuando estás leyendo una noticia por su propia magnitud.

construcciones en alemania

Me llama mucho la atención las construcciones de otros países / Alemania. J.M

La noticia, fechada el 11 de julio de 2014, trataba sobre una sentencia que influía directamente en los derechos de la mujer turca, una sentencia que tenía una gran influencia en la vida de las mujeres turcas, teniendo en cuenta que dicha sentencia tumbaba la imposibilidad de viajar a Turquía para acompañar a sus maridos – mano de obra, en contexto económico, no quiero parecer vulgar- si no sabían alemán, cuando generalmente eran los hombres quienes viajaban en ese seudónimo de mano de obra y ellas se quedaban en casa.

Es decir, el acceso al derecho de residencia o reagrupación familiar se basaba, entre otros requisitos imagino, en la habilidad o en el previo aprendizaje (a ver quién puede costearse una academia de alemán en Turquía) del alemán.

La sentencia la dictó el Tribunal de Justicia Europeo el pasado 10 de julio de 2014. Y la sentencia tumbaba la necesidad de que hombres o mujeres supieran alemán para poder acompañar a sus respectivas parejas que vivieran en Turquía o tuvieran el correspondiente permiso de residencia. Esta sentencia parece que abría la vía a impulsar la integración y complicar los matrimonios concertados.

Influencia directa en mujeres analfabetas

Sucedió, según leo, que una mujer quería vivir con su marido en Alemania desde 1998. La embajada alemana en Ankara le declinaba continuamente su solicitud de visado porque no disponía de conocimientos de alemán. La cuestión es que esta mujer era analfabeta.

Los exámenes de conocimientos de idiomas afectaban en especial a mujeres analfabetas. Y hablamos de un país Alemania que fue el primer país en la Unión Europea en reconocer el derecho de asilo en su Constitución, y aunque en este caso, no se trate de derecho de asilo, si no de reagrupación familiar, llama la atención que se pudiera rechazar por no tener conocimientos del idioma, quizás como una manera de impulsar dichos conocimientos de una manera previa a garantizar la integración en el país, y evitar que se formen guetos.

Pero el problema reside en cuanto afecta a un segmento de la población vulnerable de por sí y no se atiende a sus necesidades, generando un prejuicio -póngase en situación de que su pareja, si la tiene, se vaya a vivir a China y no le dejen ir a China por no saber chino, pero es que ni siquiera sabe leer su propio idioma, por lo tanto el desfase de vida que acarrea su pareja allí y usted acá-.

Y una vez más vemos cómo la legislación avanza, a pasos pequeñitos, muy pequeñitos. Pero el prejuicio de esas mujeres… habría que conocerlo.

He leído en otros artículos en Internet, indagando un poco sobre esta cuestión, la problemática de la convivencia entre alemanes y turcos. Turcos que residen en Alemania para beneficiarse de ayudas sociales… se dice de manera muy general y que siempre hay excepciones -describo lo leído, no lo que pienso-. Eso también se escucha en Euskadi. No conozco la posible problemática en Alemania, cuando vaya, prometo post sobre eso, pero sí conozco el asunto de Euskadi y según datos los mayores perceptores de la RGI son pensionistas vascos, no extranjeros.

Sin embargo, en caso de que fuera verdad, se me plantea la duda del rumbo de esas ayudas sociales. Alemania abrió la puerta a que se rompiera el principio de libertad de movimiento de la Unión Europea con la negativa de asistir económicamente a una familia rumana por ser rumana, y después la restricción de ayudas a españoles en el país.

He encontrado esta noticia también donde relata la separación de una familia durante 10 años porque él vivía en Alemania y ella con las hijas en Turquía… ¡10 años! Te dejo aquí la entrada por si quieres leerla: El estigma de ser turco.

Cómo las legislaciones pueden dañar, he pensado.


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