Emocionada al ver cómo la película Mustang (2015), dirigida por Deniz Gamze Ergüven, entre otros reconocimientos, nominada a Mejor película de habla no inglesa en los Óscar de 2015, retrata la lacra social que ha afectado a tantas personas en Turquía: chicas, personas, obligadas a contraer matrimonio.
Emocionada también de ver cómo una película de esta temática llegaba a muchos cines, ya no cines o festivales especializados en Derechos Humanos al que acuden muchas personas, si no taquillas donde se proyecta cine comercial, reflejándose la crítica de esta película en los medios de comunicación también, consigue visibilizar un grave problema en el pasado de Turquía, un problema algo aliviado en la actualidad, pero cuyo poso permanece aún en muchas mujeres en Turquía: el matrimonio (infantil) forzado.
Necesidad de erradicar el matrimonio (infantil) forzado en Turquía
El matrimonio (infantil) forzado es una lacra en Turquía que debe combatirse. Expresa además las características de una sociedad que tiene mucho que trabajar para lograr la necesaria igualdad y que creo que es un tema determinante que debe proyectarse por justicia de sus víctimas y por las presentes.
Al estar en contacto con mujeres que han sido obligadas a casarse, una se plantea no solo los efectos del matrimonio infantil forzado en ellas, si no también sobre sus hijos, porque los “secretos” familiares, ya sea mediante palabra o silencio, acaban conociéndose, o al menos, siempre existe esa duda de que algo raro ha ocurrido.
¿Cómo se sienten los hijos al saber que sus madres han sido obligadas a casarse? ¿Cómo se sienten respecto del padre?
De la libertad de las chicas a la reclusión en casa
El filme retrata la historia de cinco hermanas huérfanas de entre los 12 y el 16 años, que se han criado con su abuela y sus tíos, en el norte de Turquía, en las cercanías de Trabzon, lo más al norte que he estado ha sido Amasra, pero de mi entorno en Izmir (hablando de Izmir, me apena muchísimo que Dikili sea un puerto al que retornan a los refugiados) hablan bastante mal de Trabzon porque dicen que hay mafia y muchas pistolas, y que hay que tener cuidado. Lo de tener cuidado es ya una costumbre, una baja a por el pan, y prácticamente te advierten de que tengas cuidado.
Pero en la película sí se observan armas, se observa también un pueblo muy pequeño, y muy tradicional. El “problema” arranca cuando a lo largo de un verano las chicas juegan con los chicos de la escuela en el Mar Negro, lo que provoca rumores de inmoralidad y escándalo por la supuesta actitud de las chicas (volvemos al honor), por lo que la abuela y el tío deciden preparlas y precipitarlas hacia su condición de futuras esposas.
Se observa de nuevo, tal y como ocurre en el éxito de telenovelas turcas que se emiten en América Latina, la cuestión del honor, de la virginidad, del decoro. Creo me falló ver cómo unas chicas que parecían, a pesar de las presiones que puedan tener por su condición de mujer, relativamente libres, por vestimenta, forma de comportarse… podrían pasar de un momento a otro a la cárcel en la que se convierte su casa, cambiando radicalmente la vestimenta, restringiendo el movimiento.
Me imagino la vida de la mujer que me narró haber sido obligada a casarse por su propia madre, y no sé por qué, no me la imagino con la libertad con las que se les ve a las protagonistas de la película de Mustang, si no más bien una vida de restricciones, de mensajes, de educación estricta en valores estereotipados de la mujer, y me lo imagino desde bien pequeñita, no desde que tiene 12 o 16 años, si no desde prácticamente nació. Y puede que me equivoque y el “suceso” del matrimonio infantil forzado pase de total libertad a esclavitud en cuestión de días.
En la película se observa también el ritual del matrimonio, la familia de él acude a la casa de las cinco hermanas para “solicitar” a la abuela de ellas el matrimonio.
¿Inexistencia o invisibilidad de abusos sexuales en Turquía?
Existe un hecho en la película, abusos sexuales, que me ha llamado mucho la atención. En España parece que a pesar del gran tabú que existe respecto de los abusos sexuales algo algo se oye, aunque seguramente nos estremecería comprobar el número de personas a nuestro alrededor que de una parte u otra han sufrido abusos sexuales durante la infancia o la adolescencia.
Esto es algo que en Turquía no se escucha. De hecho, tras ver una película española donde aparecían abusos sexuales, pregunté en Turquía si estas situaciones también se daban, a lo que rápidamente me respondieron que no.
En la película Mustang se ve y también se ve cómo existen personas cómplices que no lo impiden. Me quedé extrañada al tener una respuesta tan contundente de lo imposible que resultaba que un familiar en Turquía abusara de una muchacha y ahora al ver la película Mustang dudo sobre si es un hecho que no se da en demasiadas ocasiones o es un hecho tan invisibilizado que ni siquiera puede escapar al conocimiento de las personas, y no sé por qué, me inclino por lo segundo.
Necesidad de verlos a ellos como víctimas
En la película Night of Silence, Lal Gece, proyectada hace ya tres años en el Festival de Cine y DDHH de San Sebstián, mi primer acercamiento a esta lacra social, sufrí mucho, y lo hice no solo respecto de la niña que es obligada a casarse y obligada a mantener relaciones sexuales con un hombre en su noche de bodas, para después mostrar a los familiares que era virgen, y por tanto el honor estaba a salvo, si no también por el hombre mayor.
El hombre también fue obligado a casarse, por las convenciones sociales, y aquello también llamaba la atención porque cuando tenemos un acercamiento a este tipo de lacras tendemos a pensar en ellas, y nos olvidamos de ellos.
Eso también me ocurrió recientemente, cuando leyendo una noticia sobre una chica de tan solo 11 años que había sido obligada a casarse en Diyarbakir, considerada capital kurda de Turquía, situada al este del país, en la noticia se decía también, y pensé qué cierto era, que no solo la niña era víctima del matrimonio infantil forzado, si no también el chico de 14 años que había sido obligado a casarse con ella. Sería interesante analizar también cómo los niños sufren esta lacra.
La película no me ha gustado. Creo que al tratarse de un tema tan importante, tenía la expectativa de acudir al cine como si de un documental se tratara. Un tema real, ficcionado, que es recabado en formato película para mostrar al mundo lo asqueroso de algunas prácticas sociales.
De hecho en una de las críticas que leí en una página web de la película, en turco, una persona expresaba por qué se grababa una película que retratara el matrimonio (infantil) forzado, qué iba a pensar la gente de Turquía. Eso me llamó la atención porque lo escuché también en una persona de mi entorno en Turquía.
A lo que respondí si el cine español no debería de cubrir el franquismo simplemente porque no queremos que el exterior se sepa las calamidades que asolan nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro.
La directora, una emprendedora de la memoria
No me he creído la historia que narra la película o cómo se desarrollan los acontecimientos, como si hubiera fallado la relación entre cineasta-película y espectador. Puede que el fallo fuera mío: imaginé a la directora Deniz Gamze un poco al estilo del cineasta Fatih Akin en la película The Cut, (proyectada el año pasado en el Festival cine y DDHH en San Sebastián), que narra el calvario y la inhumanidad del genocidio armenio que Turquía y muchos ciudadanos en Turquía niegan.
Imaginé a la directora Deniz Gamze, y creo que lo es, como una emprendedora de la memoria: trabajar para atraer el foco de atención en una situación, visibilizar de esta manera a las víctimas de los derechos humanos dando a conocer la profunidad, la amplitud y los efectos de dichas violaciones.
Y acudí en esa línea pensando que iba a ver algo más cercano al documental que a una película de ficción. Ella ha conseguido visibilizar esta lacra social, y creo que es muy admirable.
Porque reparar colectivamente no solo puede hacerse a través de medidas jurídicas, como por ejemplo, acudir a un Tribunal, si no también a través de diversas expresiones culturales (obras de arte, películas, documentales, obras literarias…) que contribuyen a procesos de preservación de la memoria.
Me ha gustado que la directora haya optado por un tema central para expresarlo. Me ha gustado que haya llegado a mucha gente, porque creo que es un tema determinante en el que hay que trabajar, pero la forma y el contenido no me han gustado.
Los espectadores de un documental confiamos en que lo que ocurrió frente a la cámara ha sufrido escasa o nula modificación a la hora de ser registrado. Ese es el pacto de veracidad que rige cineasta-película-espectador. Categorizar al documental como tal implica ya una determinada manera de cómo el espectador percibe el documental a si se tratara de un filme de ficción.
En el caso de la ficción, rige el pacto de verosimilitud: el espectador finge creer que el mundo de la película es real para poder ser “absorbido” por el relato que sobre ese mundo se le cuenta.
En definitiva, aunque el argumento de la película no me haya gustado, tal vez por mi propia disposición a ver el tema más cercano a un documental que a una película de ficción, me alegra muchísimo por la directora que haya obtenido tantos reconocimientos, ya que dado su origen turco, es complicado visibilizar un asunto tan espinoso, pero necesario por todas las personas a las que ha afectado, la mayoría creo que mujeres, pero no podemos olvidarnos de los hombres.
¿Has visto la película? ¿Qué te ha parecido? ¿Has oído hablar de chicas a las que se les ha obligado a casarse en Turquía? ¿y de chicos?
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Totalmente de acuerdo con Janik Rojas. Y ahí me quedo porque sino me enrollo sin fin.
Gracias Virginia ¡! Te has pasado finalmente por aquí 🙂
¡Saludos!
Querida Josune;
Pues acabo de ver la película y justo pensé en tu blog y me dije a mí misma: “¡Ya sé con quien tengo que compartir mis ideas!” y pensé en ti y en tu blog.
Tengo muchos sentimientos encontrados con respecto a la película. En primerísimo lugar creo que las personas involucradas con Turquía más allá del turismo y con un poco de conocimiento profundo de la cultura y la sociedad van a tener una posición muy distinta de la película que aquellas que ven la película desde “afuera”. La directora, quien tiene nacionalidad franco-turca, hace mucho énfasis en que ella “cuenta desde adentro” pero me da la impresión que su discurso es un discurso formado de muchos fragmentos de otros discursos, parches de aquí y de allá que de manera independiente pueden ser ciertos pero que al unirlos de esa manera terminan dando un discurso falseado. Creo que la película da al público internacional la Turquía que el público internacional quiere y que se basa en muchos clichés. No niego en absoluto que el matrimonio de menores no pase, pero creo que el escenario de la película falla en representar el más grande drama de la mujer turca: el adoctrinamiento cultural. Una mujer turca en realidad no necesitaría que le armaran una prisión en su casa, porque se les adoctrina desde jóvenes. Tengo la impresión de que una familia turca tendría más vergüenza social de tener que “fortificar” su casa porque las niñas de la familia “no tienen pudor”. Creo que el drama real de Turquía es que las mujeres mismas se creen ciertos roles y que para que una mujer pueda tener este ideal libertario que se muestra en las niñas de la película tienen que tener un rol, una pequeña ventana que les muestre ese otro mundo y justo eso nunca se muestra en la película. Me cuesta trabajo solapar la manera en la que visten y andan casi desnudas en la casa, con una familia que sea tan conservadora. Al mismo tiempo, el valor que le dan a la virginidad mientras que el Tío abusa de ellas (¿No sería más fácil que nunca casarán a la chica? ¿El tío no tiene miedo de la vergüenza familiar de que la chica no sea virgen? No digo que el abuso en la familia no pase, sino que este conllevaría otro tipo de medidas y un drama mayor como casarlas con un hombre mayor o con un divorciado o incluso como segundas esposas donde la virginidad no importe). Creo que parte de la historia pasa en la Turquía de hace unos 20 años mientras que otra pasa en la Turquía actual y que la unión se ambas historias no es del todo exitosa. . Creo que la película presenta una idea de mujer que falla en representar el verdadero drama de la mujer turca que no tiene en muchos casos acceso ideológico a la libertad ni siquiera. Me parece interesante que ni siquiera una de las chicas se haya “tragado” la historia de ser esposa ideal. Creo que la película tiene una buena historia y que llama la atención sobre una problemática turca real pero que falla en representar los verdaderos avatares de la sociedad turca donde en una misma área puedes encontrar gente super conservadora tirando a lo retrograda y al mismo tiempo familias muy muy liberales y modernas. Y el drama se la sociedad turca se vive en el constante tirar entre esos dos extremos con todos sus bemoles. Aún en las zonas más remotas de Turquía.
Bueno, ya me estoy alargando. La película me gusto pero me gusto con reservas y no creo que deba ser tomada como una ejemplificación total de Turquía.
Hola Janik,
¡muchas gracias por pensar en mí y en mi blog! vaya, me ha hecho mucha ilusión. Estoy muy de acuerdo con lo que comentas, sobre todo, lo que indicas que el problema en Turquía es que la mujer, en su educación, asume ciertos roles que hacen que no sea necesario construir una prisión en la casa porque la prisión la tienen en el interior. Y eso fue lo que me falló de la película, aunque la película ha tenido mucho éxito y puede que haya tenido que ser retratada de esa manera para llegar a un público y extender así la lacra social del matrimonio forzado, ya sea infantil o no. Pero estoy de acuerdo con lo que comentas. Una puntualización también muy interesante la que haces de abusos sexuales y cuestión del honor, el tema de los abusos sexuales es algo muy muy invisibilizado en Turquía, y choca mucho cuando se oye hablar de ello en una película, o en noticias… A mí también me gustó la película pero no creo que retrate bien la situación de la mujer en Turquía, aunque haya conseguido ser altavoz, paradójico cuanto menos.
He intentado acceder a tu blog, pero ¡no me deja! creo que necesito invitación hihih.
Muchas gracias y pásate cuando quieras por aquí, yo siempre estoy 🙂
Es la primera reseña desfavorable de esta película que veo y me da pena, porque la he visto y me parecido increíble pero en algunas cosas sí estoy de acuerdo contigo. Es cierto que el tema es complicado y que hay que tener mucho cuidado, aún así el sentido que pude extraer (en mi opinión) es el contraste que hay entre el ansia de libertad de las chicas, la rebeldía que tienen por comerse el mundo frente a las convenciones sociales, la seriedad y la tradición. Por desgracia sí conozco un caso de una adolescente obligada a casarse en matrimonio forzado y no volví a saber de ella… es una pena que todavía tengamos casos de este tipo aunque el tema de la religión ya se sabe que tiene mucha controversia.
¡Un placer haber leído tu análisis y gracias!
Hola! sí, entiendo lo que dices y también tienes razón. Para mí lo más favorable es que haya conseguido visibilizar una lacra social de la magnitud del matrimonio infantil forzado en Turquía. Qué pena lo de la chica que comentas. Un abrazo y gracias a ti por pasarte por aquí 🙂