La sonrisa se asoma/ Hamburgo. J.M

De las elecciones a la Asamblea Nacional de Turquía (Parlamento) que tuvieron lugar, el pasado 7 de junio, se deduce una clara conclusión: un nuevo tiempo político y social se abre. Las minorías adquieren reconocimiento parlamentario.

1. Voto de castigo a Erdogán

El Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en turco), liderado por el actual jefe de Estado Recep Tayyip Erdogán, pierde su mayoría absoluta, resultado del voto de castigo ejercido por la ciudadanía turca y las minorías residentes en el país.

Le obliga al diálogo y le imposibilita reformar la Constitución presidencialista, tal y como era el deseo de Erdogán, acusado por la oposión y prensa occidental de intentar islamizar el país y pretender hacerse con súper poderes, el símbolo de su palacio de 1.0001 habitaciones. Las acusaciones vertidas ante él, que niega, se deben también a la modificación legislativa continúa y sutil (a veces, no tan sutil) que sacudía los cimientos de Turquía y lo encaminaban a una transformación alejada de los principios ininmutables hasta ahora del padre de la Turquía moderna, Mustafa Kemal Atatürk: restricción de venta de alcohol, continúos ataques contra los medios de comunicación y la libertad de prensa, continúos ataques contra la libertad de expresión y manifestación, presencia del velo en Instituciones públicas (esta medida parece más de sentido común en una población de mayoría musulmana) o la educación en lengua otomana.

Tal ha sido el batacazo sufrido por este partido que Recep Tayyip Erdogán que no ha producido declaraciones en las primeras 48 horas tras conocer la pérdida de mayoría absoluta.

2. Visibilidad parlamentaria de las minorías en forma de HDP

La gran novedad ha sido la entrada al Parlamento del Partido Democrático de los Pueblos (HDP, en turco). Un partido político izquierdista, nacido en el seno de los kurdos, pero con rasgos identitarios más abiertos, también la conforman determinados turcos: feministas, respetuosos del medio ambiente, diversidad religiosa que aglutina a minorías como los alevís, gitanos, armenios… Interesante es que el HPD haya renunciado a cualquier sigla independentista para aliarse con otros movimientos y minorías e ir de esta manera en grupo. Parece que la comunidad kurda reajusta sus expectativas de independencia a una autonomía en territorio turco con reconocimiento de derechos, un reajuste que hacía tiempo que se veía, pero que se ha materializado en esta agrupación.

Comunidad gitana en el camino de Aliaga a Bergama/ J.M

Tras el riesgo que supuso presentarse como única candidatura, en vez de hacerlo en candidaturas independientes, la emoción se vivió el pasado 7 de junio en Diyarbakir, capital sentimental de los kurdos en Turquía, una ciudad donde las huellas de la guerra son más que visibles, al conocerse que efectivamente el HDP, liderado por Demirtas, había conseguido superar el 10 por ciento necesario para poder tener presencia en el Parlamento.

3. El movimiento de voto desbanca a Erdogán

El movimiento de voto como forma de castigo a las políticas llevadas a cabo por el AKP ha sido interesante. Ciudadanos consultados y periodistas anunciaban en Twitter cómo votantes habían decidido cambiar el partido al que votar para desbancar al Jefe de Estado de la posibilidad de hacerse con poder absoluto: militantes del Partido de Acción Nacionalista (MHP, en turco) que habían votado al HDP, lo que resulta bastante chocante. El MHP es un partido muy nacionalista de la ultra derecha, cuyos militantes declaran directamente “odiar” a los kurdos. Ese mismo movimiento se ha producido también respecto del MHP al Partido Republicado del Pueblo (CHP, en turco), partido kemalista y de izquierdista, que ha conseguido buenos resultados.

“Casi la mitad de los kurdos votan al AKP, lo que no significa que apoyen sus políticas, y el resto se comportan en la misma línea de la política del HDP. Sobre el autogobierno, el HDP hace una propuesta similar al federalismo no concretada“, indicaban en en el encuentro académico y social Peace-building through democratización: The kurdish case in the light of the basque model– la construción de la paz a través de la democración: el caso kurdo a la luz del modelo vasco- que tuvo lugar el pasado 10 de febrero en Bilbao con el objetivo de mostrar a la delegación turca la gestión de Euskadi y del conflicto vasco.

4. Mayor presencia de la mujer

Presencia mayor de la mujer en un país donde sufre una grave discriminación/ foto cedida

Aumenta la representación de la mujer tanto en las candidaturas como en la ocupación de los escaños.  Algo resaltable en un país que apenas cuenta con mujeres en el plano político, sufre de unas cifras muy altas de violencia de género, cuyos dirigentes no hacen más que atentar contra la dignidad de la misma, y que necesita un fuerte desarrollo de los derechos de la mujer para consolidar una democracia fuerte. Es muy común encontrarse con titulares que producen rechazo: “condenada una mujer turca porque su marido se lesionó la mano al golpearla”.

5. Las expectativas de paz, salpicadas por violencia exagerada

Es de resaltar la violencia exagerada que ha tenido lugar durante el periodo pre-electoral y post electoral. A tan solo dos días de la celebración de las elecciones, al presidente de la asociación islamista en Diyarbakir (suroeste Turquía) moría al ser disparado dos veces y dos periodistas eran heridos, según información dada por el medio turco Radikal.

Un episodio de violencia más en un contexto de necesidad de paz: dos días antes de las elecciones, durante un mítin del HDP en la misma ciudad, Diyarbakir, explotaban dos artefactos de origen desconocido, produciendo la muerte de dos chavales muy jóvenes y cientos de heridos, con el consiguiente y lógico ataque de pánico colectivo. A lo que se le suma otro atentado en una sede de este mismo partido en Ezkurum. A lo que habría que sumar más ataques y descalificativos por parte del Partido de la Justicia y el Desarrollo.

Un cúmulo de violencia directa que expone los profundos conflictos de este país. En este sentido, es resaltable la contención que han mostrado en un intento de visibilizar las ganas de paz. La participación de este grupo político en el Parlamento supondrá un empuje al actual proceso de paz que se inició en 2013 para acabar con la guerra con los kurdos. Aunque no se haya producido un desarme, que parece es requisito indispensable para que las negociaciones continúen, ocurre exactamente lo mismo en España, el “hecho de que exista una tregua facilita qe las personas puedan ver un orden social y económico con paz“.

En el encuentro académico y social citado anteriormente, se hizo referencia al “proceso de la solución”. Resaltaron las siguientes cuestiones más importantes, desde su óptica:

• Desarme del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), tiene que ser más sostenible.
• Democratización: descentralización y derechos lingüísticos
• Reinserción

Tiempo de pactos y diálogo

Es esa visión de posibilidad de orden social y económico en paz la que debe sustentar la mirada de la ciudadanía turca. Queda ahora en cuestión el desarrollo de los pactos a los que se podría llegar. El Partido por la Justicia y el Desarrollo podría pactar con el MHP, lo que la derecha seguiría imponiéndose, pero con una oposición en izquierdas más consolidada.

¿Por qué el HDP es visto como un freno a las ansias de poder de Erdogán y no lo es el CHP? Es una cuestión interesante. Parece que si ese 10 por ciento mínimo (han obtenido un 13 por ciento) obtenido por el HDP, de no haberse logrado, habría ido a parar con suma probabilidad al AKP Una fuente confirma que en realidad para paralizar a Erdogán es necesario que el HDP, el CHP y el MHP se apoyen mutuamente, pero el MHP ya ha dejado claro que no va a apoyar al nuevo partido que acaba de lograr la representación parlamentaria.