Un viaje a Turquía y tu trabajo cambia de manera sustancial. Unos pocos días en Estambul y la inspiración vuela para adaptar un producto típicamente turco a una región lejana (País Vasco, España).

Algo debió de atraparle. Debe de ser cierto. Las lámparas de calabaza son muy comunes en la zona de Bodrum, en el Egeo turco.

Cuál fue mi sorpresa cuando en una Feria de Artesanía con Almila, me encontré con un puesto de lámparas de calabaza.

Así que comencé a hablar con el artesano y le dije que las lámparas se parecían mucho a las que suelo ver en Bodrum. Me volví a sorprender cuando me dijo que el origen de su trabajo se retrotraía a un viaje que hizo a Estambul. Fue precisamente en el Gran Bazar donde descubrió las lámparas de calabaza, y desde entonces comenzó a pensar en el proceso de producción, en el que se incluye el cultivo propio de las calabazas y que culmina con la venta al público de un producto artesanal vasco y medio turco.

Se trata de Iñaki García, un artesano de 29 años, al frente de Kuia Lámparas.

B. Readers: Es una pregunta bastante típica en Europa, pero ¿a qué te dedicas?

I.G: “Me dedico a diseñar y crear lámparas ambientales y decorativas con calabazas que yo mismo cultivo de forma ecológica. Transformar una materia prima de la naturaleza como es la calabaza en algo utilitario y decorativo como es una lámpara“.

B. Readers: ¿De dónde surgió la idea?

I.G: “Hace 5 años me encontraba de Erasmus en Bulgaria y aproveché para hacer una escapada a Estambul. Visité el Gran Bazar y vi esas lámparas típicas de Turquía, algunas de ellas elaboradas con calabaza. No sé qué hubo en ese instante que me atrapó. Desde ese momento me dije que tenía que hacerlas yo también, por lo que allí mismo comencé a investigar el tipo de calabaza que era, cómo se hacía…etc. Sin conseguir gran información. Nada más que un puñado de abalorios de colores típicos de los que usan allí para decorar las calabazas“.

B. Readers: ¿Cómo fue aquel viaje a Estambul?

I.G: “Se me hizo muy corto. Estambul es un sitio mágico, sobre todo, por la noche, con todas esas luces iluminando la ciudad. Estambul me enamoró en los pocos días que estuve. Era la primera vez que viajaba a un sitio con una cultura tan diferente a la de aquí [País Vasco] y me llamó mucho la atención.

Una de las cosas que me ponía la piel de gallina eran todos esos megáfonos haciendo el canto para la hora del rezo…

Añadir como anécdota que un día tuve un pequeño susto con una manada de perros que jamás olvidare…Primero se acerco un perro al que dimos algo de comer, después fueron juntándose más y más….hasta que lo que al principio parecía gracioso se convirtió en peligroso. Finalmente conseguimos esquivar a los perros, pero fue un momento tengo ya que nos juntamos 2 personas con 10-15 perros…“

El proceso de producción de las lámparas de calabaza

B. Readers: ¿Cómo y cuándo comenzaste a elaborar las lámparas en el País Vasco?

I.G: ” Desde que llegué del Erasmus comencé a investigar todo lo relacionado con las calabazas y la forma de trabajarlas. Tuve que esperar más de un año para poder trabajarlas. Eso fue algo que me dejó impresionado. Tal era la obsesión con las calabazas que estuve un año y medio con la idea sin poder hacer nada. Cuando llegué ya era junio. Demasiado tarde para cultivar las calabazas…así que tuve que esperar.

Al año siguiente puse mis primeras semillas, de las que solo salieron unas 15 calabazas pequeñitas“.

B. Readers: ¿Cómo se hace una lámpara de calabaza?

I.G: “Hay una frase que define a Kuia Lámparas: De una semilla, una lámpara.

Todo comienza en la huerta, con las semillas que formarán una bonita planta llena de calabazas. La planta está en la tierra desde marzo hasta noviembre, cuando se recogen los frutos ya grandes que están listos para comenzar su proceso de secado. El secado dura de 5 meses a 1 año, dependiendo de la variedad y del tamaño. Es un secado natural, aunque hay que ir cuidándolas de que no se pudran ni se estropeen.

Kuia Lámparas

Cuando ya están secas las calabazas se quedan duras como la madera. Ya están listas para trabajarlas. Es entonces cuando empieza el proceso más creativo en el taller.

Lo primero de todo es hacer un diseño, utilizando compases, lápiz, boli, rotulador, reglas…pero sobre todo imaginación.

Una vez ya está el diseño plasmado en la calabaza comenzamos con el tallado utilizando diferentes herramientas como mini talador, punzones, sierras, limas…

El siguiente punto es el crear la base de la lámpara, algo que también hago yo de manera artesanal, ya sea utilizando madera, piedra, cuerda de cáñamo…etc.

Y por ultimo hacemos la instalación eléctrica, conectar el casquillo con el interruptor y la bombilla, que dependiendo del tipo de lámpara que quiera hacer puede ser más sencilla o más complicada“.

B. Readers: ¿Qué acogida tiene?

I.G: “Por lo general a la gente le impresiona y le atrae. Sobre todo el ver que son calabazas, ya que nunca se hubieran imaginado que con una calabaza se pudiera hacer una lámpara. A la gente le gusta, además de ser algo “nuevo” o “diferente” en la artesanía tradicional del País Vasco“.

B. Readers: ¿Volverás a Turquía, en concreto, a la zona del Egeo turco (Bodrum, Datça…) para conocer mejor la producción artesanal de las lámparas de calabaza de agua?

I.G: “Desde que volví de Turquía me quedé con ganas de más. Sé que algún día volveré a visitar Estambul, y ahora que conozco la zona de Bodrum y su cultura por la calabaza es un lugar de máxima obligación para visitar. Además de hacer turismo me atrae mucho para intercambiar diferentes ideas con diferentes artesanos aunque veo un poco complicado la comunicación, no tengo ni idea de turco. ¡¡Pero entre compañeros calabaceros seguro que nos entendemos!!“

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