El curso de las protestas ciudadanas en Turquía

Las protestas llegaron hace un mes a Turquía/ Taksim. J.M

Desde que a finales de mayo, un grupo de ciudadanos paralizaran los trabajos de las excavadoras del parque Gezi en Taksim (Estambul), los medios de comunicación fijaron su atención en las protestas masificadas que se extendieron a las principales ciudades de Turquía. Dos líneas sociales opuestas parecían batallar por la victoria de las respectivas reivindicaciones: más democracia en contra de las políticas restrictivas del primer ministro Recept Tayyip Erdogan y la defensa de lo que él representa, mezcla de religión y estado con democracia. Después de la tempestad con el golpe de estado “extraño” en Egipto, desligada Turquía de la atención de los medios, los disturbios volvieron a sucederse en el parque Gezi el pasado 9 de julio.

Las protestas sacuden la basura del país.

La basura del país sale a relucir/ Istanbul. J.M

La porquería sutil pareció salir a flote mediante las manifestaciones pro y en contra de Erdogan. El resultado:  cinco muertes, según estimaciones, unos 8.500 heridos por el uso de la fuerza excesiva y gases lacrimógenos por parte de la policía y muchos detenidos. Es curioso comprobar la falta de preocupación de la policía porque los medios transmitieran al mundo entero las imágenes en vivo y en directo lanzando gas, incluso haciendo uso de mangueras, prueba de la carencia de libertad de expresión que pareció preocupar a la Unión Europea, que reaccionó, encabezada por la canciller Angela Merkel, con el retraso de las negociaciones del proceso de adhesión de Turquía, cuyo progreso parece generar desconfianza en el país. Las protestas masivas parecieron sacudir el otro lado del mundo cuando miles de ciudadanos desafieron las calles de Brasil, cuya presidenta Dilma Vana Rousseff pareció reaccionar de forma más leve y cercana a la ciudadanía respecto de Erdogan: una actitud claramente hostil, a excepción de ciertas reuniones a las que accedió para reunirse con los portavoces de la que fue acampada en Taksim.

Se entorpece el proceso de paz en la Unión Europea.

El uso excesivo de la policía entorpece el proceso de integración en la Unión Europea/ Istanbul. J.M

El pasado 28 de junio, un joven murió en una localidad próxima a  Lice (provincia de Diyarbakir al sureste de Turquía) por el uso de la fuerza por parte de la policía en el transcurso de una manifestación en contra del levantamiento de un puesto de la gendarmería militar. Para algunos el Kurdistán, para otros región kurda, para otros sureste de Turquía con mayoría kurda. La muerte del joven pareción enfriar el actual proceso de paz entre el gobierno y el Partido de los Trabajadores del Kurdistan (PKK),  considerado por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos una organización terrorista, aunque muchos otros los tienen como guerrilleros. Según informaciones publicadas el proceso continúa en marcha, tal y como aseguró el primer ministro Erdogan, aunque  un periodista me indicaba la opacidad del proceso porque las informaciones que se dan consisten en filtraciones de reuniones mantenidas. En una reunión que mantuve con la Asociación Tigris, de la que forma parte, entre otros, el periodista Manuel Martorell, comenté que no había escuchado nunca la palabra Kurdistán en Turquía, el simple hecho de hablar del PKK y de la autonomía y reconocimiento de la lengua de los kurdos resultaba un tema bastante delicado. El hecho de que kurdos y turcos jóvenes hayan compartido reivindicaciones no significa que compartan opinión sobre la opresión sufrida por los kurdos por parte del gobierno turco.

Lokarri, Red ciudadana para el acuerdo y la consulta en Euskadi, ha acudido a un encuentro internacional en Turquía sobre la construcción de la paz con la participación de la juventud. Un total de 70 jóvenes de 47 naciones se reunieron para compartir y analizar las aportaciones de la juventud a la paz, sin centrarse exclusivamente en el proceso de paz turco-kurdo, podríamos decir.Es curioso ver determinada semejanza con España: fuera de Euskadi la percepción respecto del conflicto vasco cambia sutilmente, lógicamente por la influencia del tratamiento informativo, estereotipos vendidos y la carencia de una experiencia directa. Intuyo que algo parecido ocurre allí: jóvenes turcos muy patrióticos defienden su país y reivindican determinadas oscuridades de su gobierno, frente a kurdos que se han visto sin un trozo de tierra en el que situar en libertad su pueblo, identidad y cultura, pero cuya oscuridad aquellos no ven por la sombra del miedo del terrorismo. Lo que no sé es si habrá kurdos que no sean nacionalistas.

Partidos políticos sin representación/ Istanbul. J.M

El ESP es un partido socialista sin representación parlamentaria, cuyos 70 militantes fueron detenidos durante las intervenciones en el parque Gezi. El CCC es el símbolo de un partido nacionalista. / Istanbul. J.M

En mi último viaje a Turquía, tomando té en casa de una señora encantadora, me preguntó que pensaba sobre el actual proceso de paz. Le contesté que la paz es muy necesaria y que la sociedad civil debe involucrarse en un conflicto que dura ya 30 años y se ha saldado la vida de unas 40.000 personas. Entonces circulaban rumores sobre la exigencia de que el líder del PKK Ocalan fuera puesto en libertad, a lo que me contestó con horror que la sociedad no permitiría que algo así sucediera. Una exigencia muy temprana, pensé yo, dado el poco tiempo que ha transcurrido desde que se inició el proceso de paz, mucho más rápido que el de Euskadi, por lo menos a primera vista. Un periodista me comentaba que era lo mismo si desde España se opinase sobre la supuesta extraditación de Otegi. No conozco yo el conflicto kurdo tan en profundidad como establecer una semejanza.

La profesora de la Universidad Carlos III de Madrid Alicia Cebada me comentaba que lo que allí se reivindica (autonomía y reconocimiento de lengua) ya se había conseguido aquí con el  caso de Euskadi y que la oscuridad del gobierno turco no podía compararse con la de España, que recordemos ha sido objeto de atención en más de una ocasión por el Comité contra la Tortura de Naciones Unidas, lo que no quiere decir, según mi opinión, que todas las torturas denunciadas sean ciertas, pues es sabido y me imagino que ocurrirá en muchas ocasiones que suele utilizarse como un arma de defensa. Ya lo dijo una vez también el presidente de Amnistía Internacional de España.

Lo que sí intuyo es la división entre bando bueno y malo, en especial, en la sociedad turca. Me acuerdo entonces de David Beriain en el documental “Los ojos de la guerra”,  contrario a categorizar a las partes implicadas en un conflicto. Sin querer entrar en un paralelismo entre Euskadi y Turquía, lógicamente tiene dimensiones y características diferentes, si algo he aprendido a lo largo de mi vida es que cada “bando” arroja su propia luz y su propia oscuridad.

Ciudadanos pintan las paredes de Taksim/ Istanbul. J.M

Traducción: Anatomy of the street/How drunk can you be? /That´s enough / Istanbul. J.M

 

Mujeres guerreras/ Turquía. J.M

Mujeres guerreras/ Turquía. J.M

 

Traducción: Blind alley of freedom/ Kadikoy. J.M

Traducción: Every village has a crazy/ Kadikoy. J.M

 

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