Estambul Otomano de Juan Goytisolo ofrece un retrato de Estambul y de su vida cotidiana durante el Imperio Otomano
El libro es una recolección de fragmentos de otros libros a los que Goytisolo añade su perspectiva de Estambul en su pasado otomano.
Realizar un esbozo de Estambul en el Imperio Otomano es muy complicado. El Imperio Otomano fue muy extenso en tiempo y espacio, con múltiples estratos sociales, subculturas, religiones y minorías, y al mismo tiempo contaba con una división entre hombres y mujeres.
Viajeros europeos que visitaron el Imperio Otomano
Una de las cuestiones que comentamos en el Club de Lectura fue la crítica que realiza Goytisolo a aquellos viajeros europeos que visitaron Turquía durante el Imperio Otomano.
Según Goytisolo, los viajeros reflejaban, tras su visita al país, en sus escritos sus prejuicios sobre el supuesto despotismo del Imperio, creando además una imagen idílica de Las Mil y Una Noches en el exterior del territorio.
Como bien señala el autor, apartir de la caída de Bizancio en 1453 en manos de los jenízaros de Mehmet II, el Imperio Otomano se percibía como una amenaza en Occidente. Dicha amenaza iba acompañada al mismo tiempo de una curiosidad sobre la forma de vida otomana.
Por lo que Goytisolo compara la curiosidad que sentían viajeros, artistas, dirigentes… de Occidente respecto del Imperio Otomano con la curiosidad posterior que despertó la Unión Soviética de Stalin en el exterior.
Es una buena comparación, si se salvan las diferencias, por supuesto.
El derrumbamiento del Imperio Otomano
En Estambul Otomano Goytisolo narra los factores internos y externos de la caída del Imperio Otomano.
Cita así, por ejemplo, las rutas oceánicas abiertas por españoles y portugueses que afectaron al comercio mediterráneo, la llegada masiva de oro y muy curioso la inexistencia de una revolución industrial en Turquía y la llegada tardía del capitalismo.
La tolerancia otomana hacia otras religiones
En contra de la creencia generalizada, Estambul otomano subraya que el Imperio Otomano, a diferencia del Imperio español, toleraba otras minorías y religiones que no eran el Islam.
El Imperio Otomano no puede denominarse el Imperio de los turcos porque Turquía fue fundada sobre una base nacionalista tras la desintegración del Imperio Otomano.
Minorías y multitud de religiones convivían en Estambul, como es el caso de los sefardís, cada uno con sus tradiciones y vida, “juntos pero no revueltos”, aclara el libro.
En el Imperio Otamano, a diferencia del Imperio español, no existía la limpieza de sangre. De ahí que se exigieran los tributos al sultán: niños cristianos que después serían los jenízaros. Tampoco había nobleza ni jerarquía eclesiática: el Sultán ejercía un poder absoluto.
Vida cotidiana del Imperio Otomano
Estambul otomano gira además en torno a numerosos aspectos del Imperio Otomano; la higiene, baños públicos ; oficios peculiares como los domadores de osos y los aguadores; la existencia de prostitución y tabernas en el barrio de Gálata; la homosexualidad y los travestis…
El estilo de Estambul otomano no es actual y su castellano es algo antiguo, pero es un buen libro para aprender sobre el pasado de Turquía y comprender mejor así su actualidad.
