Pasear a través del bosque de los colores es una experiencia preciosa. Son los diferentes caminos los que concurren a esta zona, ciertamente conocida, de la biosfera de Urdaibai en Bizkaia, región situada en el País Vasco. La biosfera de Urdaibai contiene un conglomerado de marismas, mar bravo, agua salvaje, senderos por descubrir y descubiertos, cuevas milenarias de pinturas antiguas. Sin embargo, en esta ocasión, con ganas de pisar de nuevo el bosque de los colores, bosque de Oma, bosque pintado por el artista Agustín Ibarrola, se tiene ganas, se desea, se quiere, pasear entre los árboles de colores vividos, sentidos y escritos.
Es sorprende cómo una vez se aparca el coche en el parking público, o privado del que parece es un restaurante muy elegante, al estilo de Euskadi, allá donde en las montañas o tras puertos de montañas parece que la vida fuese a acabarse, existen sitios de comida exquisita. Una vez aparcado el coche, el camino se bifurca en dos: nosotras cogimos el camino más largo, para dar más rienda suelta a las piernas. Anduvimos por el sendero de piedrecitas durante cincuenta minutos más o menos.
En el sendero se siente la frescura de los pinos que se sitúan en el extremo, se observan las pieles que los eucaliptos van dejando a su paso, qué árboles más raros, qué árboles más inteligentes, aunque se dice que son una plaga, ¡se desprenden de pieles inútiles! Tras una subida no muy empinada, se llega hasta unas escaleras de madera que es preciso bajar para comenzar el itinerario de marcas que posicionarán al visitante en los diferentes dibujos que la superposición de los árboles recrea o itinerario libre, cada cual a sus anchas.

Marcas colocadas en el suelo para observar la composición de las pinturas en los árboles/ Bosque de Oma. J.M
¿No ocurre que según la posición se ven las cosas de una manera o de otra? Eso sucede exactamente en este lugar: si no se hacen caso de las señales una se pierde vistas placenteras, si se hace demasiado caso, la vista placentera se acorta en exceso, las marcas no siempre están bien colocadas, perfectamente colocadas, como si algo perfecto existiera, una debe acomodar los pies, la espalda y la dirección de la mirada para encontrar en encuadre idóneo.
Museo al aire libre de miradas marcadas/espontáneas
La entrada del itinerario de marcas o itinerario libre muestra ya una señal de cariño: dos árboles se unen en la mirada a partir de la marca de uno con el otro y muestran un beso (mirar foto abajo). Y después, todo es un descubrimiento, de este paraje de árboles, que en cada una de su subzona, dibujos diferentes muestran; el estallido de coloridos infinitos; después el estallido de ojos, los ojos de George Orwell, que nunca abandonan; figuras humanas, los límites de las figuras humanas en la ladera hacia abajo, qué dirán, qué querría decir; tras eso, bajando un poco más, se encuentran los niños; las líneas blancas que se conforman en la superposición de la mirada.
Da gusto ver esta tira de arte y naturaleza yuxtapuesta en un mismo lugar de frescura natural, y luego las rayas, y después los colores, llegan a continuación las sensaciones: el rosa, el azul, el amarillo, el rojo, el verde… todos están, a excepción de dos, que no se mezclan.

El beso a partir de dos árboles. Una buena manera de iniciar el itinerario. ¿Me acompañas? /Bosque de Oma. J.M
He regresado a este lugar y me he llevado una sorpresa tremenda: los colores han sido rehabilitados. El lugar tiene pinta fantástica. Es raro, una época se cierra, tener que volver a un mismo lugar, y publicar un nuevo post de un mismo lugar visitado, pero la mirada cambia, las sensaciones se diferencian, y ya una no se siente ni tan novata, ni tan insegura, ni tan tonta.
Al contemplar estas bellezas, me fascina la unión de bosque con todo: monte con pintura, árboles con pintura, color tierra con color del árbol, el cielo a punto de caer, el sudor del cuerpo, los ojos humanos que miran hacia los ojos de los árboles.
Cómo logró el autor realizar esta obra, cómo se le ocurriría, ¿obtuvo permiso gubernamental para atreverse a algo semejante? ¿cobró? ya se sabe que los artistas sufrimos de hambre, pero lo más importante: ¿qué quería expresar?
A mí a primera vista y sin consultarlo en Internet me parece que quería representar el amor, las sensaciones de la sociedad y también, no sé por qué, tal vez una obsesión personal, las consecuencias de la situación tan violenta que vivimos en Euskadi, violencia aún hay, pero en menor medida, y eso siempre es de agrado.
He pensado en qué momento de la vida de una persona, mira hacia el horizonte, y le dice a otra: “voy a pintar ese bosque”. La respuesta sería: “pero tú estás loco, cómo vas a pintar un bosque”. Y entonces vendría el silencio. Me imagino de esta manera la escena. No sé si esa fue la respuesta de Mari Luz, el nombre de la mujer de Agustín Ibarrola, que aparece en el folleto en francés y en inglés -no tenían en castellano- pero aún así me apaño, pero sí sé que supondría la respuesta normalizada de la sociedad en la que para bien o para mal vivimos. He pensado también, qué alegría que las personas se animen a pintar a un bosque, a expresar(se), que no somos tan descabellados.
Mar bravo, agua rebelde, arena cobriza
El itinerario continúa, una vez se ha visitado la maraña de marcas colocadas en el suelo, entre las raíces de los árboles enormes y coloreados: se abandona esta zona para dirigir el paso hacia Oma, que no sé muy bien qué es, creo que un barrio, de casas enormes, algunas rehabilitadas, otras dejadas al paso del tiempo.
De allí, cerrando ciclo, nos dirigimos a la costa. La costa de la biosfera de Urdaibai llama la atención por una característica: es salvaje. A través de la carretera se observan casas tradicionales vascas con palmeras. ¿De dónde habrán sacado esas palmeras? A parte de la película tan famosa Palmeras en la Nieve, viene a la cabeza épocas de emigración para hacer dinero y volver para disfrutar de él. Y puestos ya en coche, a la par de la costa, en un temporal que ha aguantado nuestra pequeña estancia en el bosque de los colores, tomar un café en un bar situado en las proximidades de la playa de Laida equivale a uno de los mejores planes para un fin de semana.
Y después la playa de Laga, llega otra playa, la playa de Laga; montañas o rocas enormes en su parte derecha; el mar bravo, las olas grandes, la espuma que llega a la orilla, al frente, aquí hay que tener cuidado en verano; la lluvia golpea; la arena tiene una especie de color cobrizo.
Una vez allí, se culmina, el itinerario del bosque de los colores, que no consiste en otra cosa que en lo que todo viaje, arte, escritura, dale que te pego, que yo hago eso anque sea una locura, consiste, que es nada más y nada menos que: libertad.
Información sobre este bosque de colores: Web de Agustín Ibarrola
¿Has visitado en alguna ocasión un bosque pintado?
¿Te gustaría?
¿Algún otro lugar arte/naturaleza?
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P.D: El título del post es el título de la novela descartado. Sometí la elección del título al criterio del público, y ya he decidido cuál será, no será este título, anunciaré dentro de muy poquito cuál ha ganado. ¿Colores prohibidos o los colores del recuerdo? 🙂
Amé esto! Que propuesta más linda un Bosque así!
Gracias 🙂
No conocía este lugar! Me encantaron las fotos y el arte que han hecho en esos arboles. Muy creativo 😀 Seguro es un muy buen lugar para ir a pasar el día!
Sin duda :))
Que pasada no lo conocía y nunca se me hubiera ocurrido que existiera algo similar pero me ha parecido precioso y más como lo describes tú, un bosque de sensaciones.. precioso, mil gracias por enseñarlo! Muakss
Muchas gracias a ti Vanesa¡ besos de vuelta 🙂
Solo conozco este bosque de verlo en fotos, espero poder pasear algún día entre sus árboles, pues naturaleza+arte no es algo muy común…
Hola Paula,
sí, la verdad es que no es muy común, tiene también otras obras en otros lugares de España, como en Galicia o en Asturias. A mí me parece precioso la verdad :)) te animo a que vengas algún día a Euskadi y lo veas con tus propios ojos porque es un lugar que lo merece 🙂
No conocia este bosque pero me encanta, me ha dado muchas ganas de visitarlo, besos
Genial¡¡ esa es la idea 🙂
Había escuchado de este sitio y mira que estoy tratando de convencer a mi chico que vayamos, pero ahora me has dejadooooo asi que me parece que en nuestro viaje no vamos a dudar en ir ahí.
Un saludo
Ir que os va a encantar 🙂
Hola guapa! nunca había estado en un bosque de ese tipo. Tiene que ser una experiencia muy bonita pasear entre los árboles pintados, cada uno representando una cosa diferente. Gracias por compartir las fotos y que conozcamos el sitio. Besos!
Sí, es un lugar estupendo María, bastante curioso la verdad 🙂 abrazo¡
Estupendo post! No conocía este lugar, muchas gracias por mostrarnoslo. Es un sitio estupendo, muy muy bonito y curioso, me ha sorprendido gratamente. Esta zona del país queda un poco retirada de mi casa, pero lo voy a tener en cuenta para mi próxima visita al norte. Que bonito, me ha encantado tu pos, tu forma de redactarlo y como no, las fotos.
Muchas gracias Mariló, un placer tus palabras 🙂
Wow esto es lo que yo llamo un lugar mágico . La idea de pintar los arboles me parece fantástica. Las fotos te quedaron geniales.
Gracias¡¡ viniendo de una fotógrafa como tú todo un halago 🙂
Debo reconocer que me gusta la aventura, y todo lo que sea outdoor, ir a acampar acampar un bosque mágico como el que nos presentas es una experiencia inigualable, pasar el rato con alguien o en grupo, y porque no en la noche contar historias de terror o anécdotas para luego no querer pararse ni al baño del miedo … jajaja… espero algún día conocer este hermoso lugar. Te envío un beso y un abrazo .
hhihi, sí, te animo a visitarlo Josué 🙂